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Aldea Salto: 6° edición de la “Fiesta del Carro Verde”

El domingo 8 de octubre se realizará en Aldea Salto la 6° edición de la Fiesta del Carro Verde.

Como cada año en la plaza de la aldea se presentarán stand de expositores, emprendedores, artesanos y comida. Si desean participar comuníquense con Fabiana 3435326311 para una mayor organización.

Como a su vez también el tradicional desfile de carros, agrupaciones, carrozas por las calles de nuestra aldea. Si alguien desea participar comuníquese con Fabian 3434674816

GRAN ALMUERZO Y BAILE

Menú: choricitos con ensaladas, asado con cuero con papas al horno, postre helado. Traer cubiertos completos.

Horario 12:30hs. en el salón parroquial de Aldea Salto.

La majestuosa actuación de Maravillas Alemanas.

Valor de la tarjeta:

Mayores $4500

Menores $2000.

Reservas al: 3435326311 (Fabiana)

16hs. Desfile temático de carros, carrozas y agrupaciones por las calles de la Aldea.

Stand de expositores todo el día en la plaza de la Aldea.

Organizado por la cooperadora de las escuelas N° 10 y N° 17 de Aldea Salto.

Como siempre decimos, son todos bien recibidos en nuestra aldea, y esperamos contar con su hermosa presencia.

Los esperamos a TODOS!

Un poco de la historia

Es muy común escuchar mencionar al “carro verde” dentro de nuestra colectividad, hasta existe la fiesta del “carro verde” en Aldea Salto en Entre Ríos.

Fue un vehículo todo terreno, tirado por caballos, que usaron los inmigrantes rusos con ascendencia alemana, llegados a Argentina a finales del siglo 19.

Los carros de tracción a sangre formaban parte del paisaje urbano de los primeros pueblos de colonos inmigrantes.

Fue un vehículo que hizo crecer la eficiencia en las labores agropecuarias de la argentina, un incipiente polo en desarrollo a fines de los años 1800 y comienzos del siglo 20.

El carro de los alemanes del Volga era verde y negro, solo por convencionalismo y para distinguirlo de los carros italianos que usaban otros colores.

El carro con capota servía para “llevar al niño a la capilla para ser bautizado, el mismo carro también servía para llevar al niño a tomar la comunión, lo mismo para trasladarlo al casamiento y ese mismo carro se utilizaba para llevarlo a su última morada.

Cada familia quería poseer el mejor carro, todo adornado y con los mejores arneses. Era un lujo al que pocos podían acceder cuando el aro de la maza de la rueda del carro era de bronce. Solo los colonos pudientes podían permitirse semejante exhibición, que además contaban con buenos caballos que se cuidaban y no se ponían a disposición de las tareas agrícolas.

Todo se hacía a mano, no había corriente, se agujereaba todo con un taladro de mano. No había agujereadoras eléctricas como ahora, no había piedras eléctricas. Se limaba a mano, había que pulir todo, se trabajaba con estampa y molde.

En aquel entonces se trabajaba todo a martillo y fragua y se cambiaba el hierro. No se soldaba; no había soldaduras.

Un trabajo de unión en un eje no se notaba donde estaba soldado, de tan perfecto que quedaba tan solo por la fragua, el yunque, el martillo y el buen ojo del herrero.

Eso originaba mucho tiempo y era puro trabajo artesanal.