Dos femicidios en la misma familia: horror por hallazgo de los restos de Luisina Leoncino
Luisina Leoncino se convirtió en otra víctima de la violencia cuando el 9 de julio fue vista por última vez entrando a la casa de su vecino.
En las últimas horas los investigadores de este caso confirmaron que los restos humanos hallados en un descampado pertenecen a Luisina ya que se pudo identificar uno de sus tatuajes.
Por el hecho hay un detenido. Se trata de Horacio “Ñoño” Benítez de 42 años luego de que grabaciones muestren a la mujer entrando a su domicilio pero no saliendo. Benítez, detenido por el femicidio, ya tenía antecedentes penales y se negó a declarar. Para su acusación, “se tomaron en cuenta los testimonios de un remisero (que llevó a Luisina hasta ese domicilio) y, especialmente, las cámaras de seguridad que captaron el ingreso de ella a la casa del sospechoso. Luego, se ve el egreso del imputado con bolsas de residuos en una motocicleta”, informó el juez de Garantías de Concordia, Germán Dri.
José Costa, coordinador del Ministerio Público Fiscal de Concordia declaró que la “motivación en los delitos es muy difícil de comprobarla porque es algo interno, salvo que tenga alguna motivación o importancia para la figura penal”, dijo e indicó: “¿qué lo llevó a Benítez a matarla? La verdad que no sabemos ni sé si lo vamos a saber, estaban los dos solos en su domicilio y no se sabe qué pasó ahí”, sostuvo
La Justicia ahora comenzó a investigar a su hermano ya que las imágenes muestran que su auto Fiat Palio modelo 98 fue y vino varias veces de la escena del crimen por lo que suponen que fue el vehículo con el que trasladaron el cuerpo.
El femicidio de su hermana Valeria
La familia vive momentos de gran dolor ya que en pocos meses sufrió los crímines de Luisina y Valeria en manos de hombres obsesionados con ellas.
Fue en marzo de 2023 cuando Valeria de 25 años fue asesinada por un chico que en reiteradas oportunidades quiso acercarse a ella para tener una relación.
La joven, hermana de Luisina, había invitado a tres amigas a su departamento y bajaron cuando vieron en la puerta a un conocido. Era un sujeto que había intentado acercarse a ella en reiteradas ocasiones y que hacía algunos meses le había ofrecido trabajo en la tapicería de su padre.
En ese momento, Carlos Ramón Passarella, de 35 años, sacó un arma y la mató de un disparo en la cabeza y dos en el pecho. Acto seguido, el femicida huyó en el auto en el que había llegado, lo estacionó a unas cuadras y se quitó la vida.
“Estaba obsesionado y tenía un interés hacia la chica pretendiendo formar una relación y, ante el rechazo, le quita la vida porque no admite otra posibilidad”, explicó el fiscal José Arias.